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Buenos días ira.





Las habilidades que tenemos y la forma en la que las usamos, predicen el futuro que nos espera. Unas facilitan la vida, mientras que otras nos impiden prosperar. Es así de sencillo.

La ira es una es una habilidad cotidiana y su uso te acerca al fracaso personal, familiar y profesional.

Todo el mundo la conoce, unos porque la emplean y otros porque la sufren.

Hay personas que desayunan con vinagre y piensan que les sienta estupendamente, otras en cambio desayunan tigre y llevan de dolor su vida y la de todos los que le rodean..

Y es que la ira, como cualquier habilidad, tiene dos caras.

Por un lado la violencia te permite conseguir con muy poco esfuerzo aquello que quieres: callar la boca a alguien, atemorizar, confundir, hacer que alguien cumpla con tus deseos, salirte con la tuya. En la sociedad numerosas posiciones están ocupadas por personas que la manejan a su favor, contra sus compañeros, subordinados, familiares, amigos, con el objetivo de conseguir poder, dinero, incluso cariño. ¡Mientras que lo logran son valorados, premiados y promocionados!. Cuando dejan de triunfar se les aparta y se les olvida. Se les tira a la basura.

Hay personas que también son violentas con ellas mismas: no se respetan, se esfuerzan hasta la extenuación, ni les importa su salud, ni los sentimientos, todo en su vida es trabajo. Ellos son los principales enemigos de sí mismos y continuamente se agreden de un modo patético.

La violencia destruye a quien la utiliza.

Desde Séneca cuajó la idea de que la ira, es una locura transitoria. Hoy, cuando todo se convierte en una patología, en una enfermedad, la violencia se ve como el síntoma de una persona enferma. Y no lo es: es la maldad vacía.

Sabrás dominar tu ira en el momento que entiendas que estás utilizando mal una habilidad que es demasiado humana.



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